martes, 31 de enero de 2012

Te cambio tu salud por la pérdida de peso, ¿aceptas?

Los tratamientos contra la obesidad que prometen perder kilos de manera rápida y sin esfuerzo son peor que un fraude. Como todos los años, millones de españoles inician después de las navidades y antes del verano algún tratamiento adelgazante para lucirse en playas y piscinas.
A pesar de que el 85% de la población es consciente de que el exceso de peso constituye un serio problema de salud, lo cierto es que se percibe más como una cuestión estética y social que como una enfermedad o un factor de riesgo común a muchas enfermedades crónicas.

Los revistas de belleza imponen la delgadez como premisa del éxito social, profesional y amoroso: el 83% de los españoles da una notable importancia a la apariencia física y piensa que se discrimina a la gente con kilos de más.
Con estas premisas, el sobrepeso y la obesidad se enfrenta a una actitud social basada en el culto a la imagen, y motivada por criterios estéticos.
Esto explica en gran medida por qué sólo una de cada 5 personas acudiría al médico para bajar peso y por qué la inmensa mayoría de las personas quiere adelgazar mucho y rápidamente sin importarle el coste, la eficacia real del método utilizado y los peligros que éste conlleve para la salud.Es una cuestión de promesas. En su honestidad profesional, el médico no ofrece el éxito en la terapia adelgazante. Hoy, los progresos que se consiguen con los tratamientos adelgazantes basados en la evidencia científica son lentos, no muy prometedores desde la perspectiva del paciente y difíciles de mantener a medio y largo plazo.
Por el contrario, los productos milagro ofertan una maravillosa pérdida de kilos en pocos días y sin el menor esfuerzo.


Indudablemente, la ignorancia y la falta de estímulo de las personas y la habilidad comercial de otras han hecho de la obesidad y en general del sobrepeso un RICO negocio. Calculamos que el 80% de los españoles que quiere adelgazar se gasta una media de 60 euros mensuales en los tratamientos de este tipo.En el caso de las dietas, la alimentación equilibrada y diseñada por un nutrólogo aparece desplazada por el régimen de la vecina o el que se pone de moda en las revistas femeninas, que si hacen adelgazar es a costa de la salud.

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