martes, 17 de enero de 2012

Algunos síntomas para detectar este problema y soluciones.

Comenzaré diciendo que la llegada del nuevo año ha provocado una subida importante de las personas que se han apuntado al gimnasio o se han propuesto como propósito realizar ejercicio regularmente.
Entre ellos muchos jóvenes obsesionados con su imagen.
La mayoría de expertos en condicionamiento físico recomiendan que los jóvenes hagan por lo menos 60 minutos de una actividad física de moderada a vigorosa cada día. La mayoría de los jóvenes hacen mucho menos ejercicio del recomendado (lo que puede ser un problema por distintos motivos), pero algunos -como los atletas- hacen más ejercicio del recomendado.Las personas que son adictas al ejercicio también llegan al extremo de organizar sus vidas completamente en función de la práctica deportiva. Si pones los entrenamientos por delante de tus amistades, los deberes y otras responsabilidades, es posible que estés desarrollando una dependencia con respecto al ejercicio.

Si te preocupan tus hábitos en lo que a la práctica del ejercicio se refiere (o los de un amigo tuyo), formúlate (o formúlale) las siguientes preguntas:
-¿Te fuerzas a hacer ejercicio incluso cuando no te encuentras bien?
-¿Prefieres hacer ejercicio a estar con tus amigos?
-¿Te fastidia tremendamente tenerte que perder una sesión de entrenamiento?
-¿Basas la cantidad de ejercicio que haces en lo que has comido?
-¿Tienes problemas par estar sentado tranquilamente porque crees que no estás quemando calorías?
-¿Te preocupa ganar peso si un día te saltas una sesión de entrenamiento?
Si la respuesta a algunas de estas preguntas es sí, es posible que tú o tu amigo tengáis un problema.
¿Qué deberíais hacer?
Lo primero que deberías hacer si sospechas que puedes estar haciendo ejercicio compulsivamente es pedir ayuda. Habla con tus padres, tu médico, un profesor o el psicólogo de tu centro de estudios, tu entrenador u otro adulto que te dé confianza. El ejercicio compulsivo, sobre todo cuando se combina con un trastorno de la conducta alimentaria, puede provocar problemas de salud graves y permanentes y en casos extremos hasta la muerte, como he dicho en mis anteriores intervenciones. Una vez detectado el problema también deberías tomar soluciones por ti mismo:
-Intenta modificar diariamente tu diálogo interior. Cuando te mires al espejo, asegúrate de que encuentras por lo menos una cosa que te gusta de tu cuerpo. Fíjate más en tus atributos positivos.
-Cuando hagas ejercicio, focalízate en las cualidades positivas y euforizantes del ejercicio.
-Date un respiro. Escucha a tu cuerpo y date un día de descanso después de un entrenamiento duro.
-Controla tu peso haciendo ejercicio y comiendo porciones moderadas de alimentos saludables. No intentes modificar tu cuerpo para que se acerque a un ideal de delgadez nada realista. Habla con tu médico, dietista, entrenador u otro adulto sobre cuál es tu peso corporal saludable y cómo puedes desarrollar unos hábitos alimentarios y de ejercicio saludables.

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