domingo, 25 de marzo de 2012

Evaluación grupal

Bueno, ya estamos terminando nuestro proyecto y vamos a hacer entre todas un análisis de todo lo que hemos hecho durante el curso, exponiendo los aspectos positivos y negativos que hemos encontrado, lo que hemos aprendido gracias al trabajo con el blog y algunas recomendaciones y consejos.

Aspectos positivos:
El trabajo nos ha servido para aprender a darnos cuenta de muchas cosas relacionadas con la imagen a las que los jóvenes damos importancia. Por otro lado, nos han parecido muy interesantes los artículos y vídeos que hemos encontrado, y hemos intentado dar nuestra opinión y consejos a quienes los lean para que su imagen no sea un problema para su salud. En concreto, un artículo a resaltar es el que publicó Delia sobre las modelos que estaban en la silla de ruedas, un ejemplo de superación y una gran apuesta por la televisión que lo emitió.

Aspectos negativos:
Algo que por desgracia puede apreciarse es que la cultura de la imagen está muy arraigada en la sociedad actual, y sería muy difícil que aminore la importancia que tiene.
En el siglo XXI se ha extendido una obsesión por la perfección del cuerpo, una "epidemia del culto al cuerpo". La anorexia y la bulimia nerviosas vienen de la mano de la denominada "cultura de la delgadez". La vigorexia es, por otra parte, una obsesión en torno al culto del músculo. La dismorfia corporal es una preocupación excesiva por alguna parte del cuerpo, aunque no exista ningún defecto, y se está volviendo bastante común, sobre todo entre los jóvenes. No hay demasiada gente que padezca este tipo de enfermedades, pero todos podemos caer si no tenemos cuidado.
Todos estos trastornos comparten el desear una imagen corporal perfecta y el distorsionar la realidad frente al espejo. Esto ocurre porque, en las últimas décadas, ser físicamente perfecto se ha convertido en uno de los objetivos principales de las sociedades desarrolladas, parece ser el único sinónimo válido de éxito, felicidad e incluso salud. La imagen está bastante sobrevalorada y, cuando no se tienen en cuenta las consecuencias de esto, es cuando llegan los problemas. Vivimos en una sociedad que no deja de fomentar esto, aunque muchas veces sea de forma inconsciente. La televisión, los anuncios, las revistas, la obsesión por la moda, etc. Todo ello fomenta el culto a la imagen.
Y es en la adolescencia cuando este tipo de obsesión se convierte en una pesadilla, ya que aún no está configurada ni aceptada la personalidad del individuo, mientras que los medios de comunicación transmiten constantemente modelos de perfección y belleza.

Qué hemos aprendido:
Respecto a la anorexia y bulimia, hemos visto que no son fáciles de combatir, pero se puede conseguir sabiendo cómo tratar a quienes padecen estas enfermedades.
En relación con la vigorexia, se pueden sacar varias conclusiones:
 - Lo primero es tener conciencia de cuál es la frontera entre ejercicio sano y ejercicio excesivo, y como esta barrera no está predeterminada debe dominar el sentido común.
 - El entrenamiento de la fuerza en personas jóvenes o adolescentes no es recomendable.
 - La falta de ejercicio en estas personas produce síntomas de abstinencia muy potentes, sentimiento de culpa o intranquilidad por la pérdida de alguna sesión o anteponerlo como preferencia antes de otras actividades como estar con los amigos.
 - No solo puede derivar en vigorexia, también puede causar otros daños psicológicos.

En general, sobre todo, hay que tener mucho cuidado con lo que los medios de comunicación anuncian, ya que a veces promocionan productos no muy saludables o nos persuaden para imitar a modelos que no debemos seguir.
Cuidarse, hacer ejercicio, comer sano, etc., es bueno, por supuesto, pero siempre teniendo en cuenta nuestros límites y valorándonos tal y como somos.
Los excesos no son buenos, en el punto medio está la virtud.

Consejos:
Sobre todo, vamos a comentar una serie de aspectos que hay que tener en cuenta para prevenir estos trastornos o que vayan a más:
 - Enseñar y educar desde la infancia a llevar una vida saludable, inculcándoles hábitos de alimentación sana y de actividad física adecuadas a sus facultades.
 - Ayudar a conocer las capacidades y limitaciones de la persona, de forma que puedan sentirse a gusto y se acepten como realmente son.
 - Fomentar la autonomía y criterios capaces de evitar que los excesivos mensajes de los medios de comunicación y la publicidad sobre la imagen corporal falsamente perfecta se conviertan en una meta a conseguir.
 - Es muy conveniente realizar las comidas en familia, a ser posible nunca en solitario, aprovechándolas para una verdadera comunicación y contacto.
 - Evitar proponerles metas académicas, deportivas o estéticas inalcanzables con arreglo a su capacidad mental o constitución física, ya que ello les podría producir una disminución de su autoestima.
 - Si precisan perder peso por razones de salud, hacerlo siempre con un estricto control médico.
 - Hay que tener cuidado cuando se realiza ejercicio físico para no obsesionarse con él o hacer más del necesario, del que el cuerpo pueda soportar.
 - Es preciso saber que la preocupación continua por la comida se convierte en algo obsesivo cuando se padece alguno de estos trastornos, que la persona no puede dejar de hacerlo, con el consiguiente sentimiento de confusión, ansiedad y posterior depresión.

Si la persona es capaz de reconocer que padece una enfermedad de este tipo, será algo más sencillo que se recupere. Sobre todo, tiene que empezar a cambiar sus hábitos y prioridades para volver a la normalidad: comer más en el caso de la anorexia, no devolver la comida si se padece bulimia y disminuir la intensidad o frecuencia del ejercicio físico si hablamos de vigorexia. Lo primero es afrontarlo psicológicamente y aceptar que cuidar el cuerpo y la mente es muy importante, pero hay que saber cómo hacerlo.

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